Uno de los mayores errores en la convivencia de adultos con menores de edad es una comunicación dispareja con una actitud de superioridad frente a las opiniones, necesidades, emociones y malestares de los niños y adolescentes. Esta característica puede generar conflictos, principalmente cuando se ejerce un papel activo en su crianza, ya sea como padre/madre de familia o profesor pues, sumado a esto, hay un rol de autoridad en juego.
Pero ¿qué problemáticas conlleva esta situación? Más allá de las constantes discusiones y desacuerdos, genera desconfianza y desinterés en ellos, formando una relación superficial con los adultos a su alrededor.
Una verdad irrefutable es que, al ser parte adultos, la madurez queda de nuestro lado ya que ejemplificamos modos de ser con acciones y somos responsables completamente del estado emocional propio. Ahora, sí añadimos una etapa tan difícil como la adolescencia en la que los jóvenes están en constante búsqueda de identidad y forjando su independencia; tenemos en la asertividad una manera de relacionarnos mejor.
Entendamos a la asertividad como la capacidad de comunicar de manera directa y adecuada opiniones, tanto positivas como negativas, considerándose a sí mismo y respetando al otro. En pocas palabras, tomar en cuenta las necesidades ajenas sin borrarse de la situación y llegando a acuerdos.
Es de suma importancia hacer del hogar un espacio abierto, seguro y donde ellos se sientan protegidos así, al llegar la adolescencia, tengan claro que cuentan con el apoyo de sus parientes. Algunas recomendaciones para padres/madres y miembros de la familia son:
- En la escucha atenta está la empatía y comprensión de su mundo
Aprovecha los momentos que comparten juntos para conocerlo mejor, dejando que exprese abierta y libremente sus inquietudes sin interrupciones. Si llegas a tener alguna duda, parafrasea lo platicado así compartes tu interpretación sin juzgar ni caer en el regaño, además de abrirle la posibilidad al joven de ser honesto con sus emociones. También es útil mostrar tu interés y participación manteniendo el contacto visual, cuidando el tono de voz y la manera de decir las cosas.
- Los consejos más valiosos son aquellos que se piden
Es común que, en el afán de proteger y demostrar cariño, la respuesta hacia una consulta del adolescente sea actuar condescendientemente, asumiendo el protagonismo de la charla y aconsejando e incluso reprimiendo sus acciones. A menos que se tengan todos los detalles de la situación y ellos acepten o pidan la sugerencia, evitemos esas situaciones. Recordemos que gran parte de un mensaje está en cómo lo decimos.
- Explora otras formas de comunicación
Aunque no es un reemplazo de la comunicación oral, pueden existir resistencias de nuestra parte por tratar algunos temas y evitarlos, por lo general, trae consecuencias negativas. Hay mucha variedad de formas de expresión y una muy útil son las cartas al brindar tranquilidad en el momento de realizarlas y permitir desarrollar las ideas ampliamente.
¿Y qué ocurre si estamos frente a un grupo de estudiantes iniciando su pubertad o en plena adolescencia? Además de aspectos esenciales en la docencia como crear un clima positivo en el aula, actualizar constantemente las herramientas para facilitar el aprendizaje y desarrollar las habilidades sociales del alumno; estas son algunas acciones para una comunicación asertiva:
- El docente no es la autoridad del salón sino el guía del aprendizaje
El papel del profesor cambió a lo largo del tiempo y van desapareciendo gradualmente las dinámicas donde el docente es el único que tiene todos los conocimientos y la decisión máxima en las aulas, dando como resultado una comunicación vertical con los alumnos. Esta transformación hizo necesario que la mediación de conflictos y el trato hacia los estudiantes sea respetuoso y considere el ámbito emocional.
- Ayúdalos a marcar su independencia
La primera diferencia entre la secundaria y primaria está en el enfoque de los conocimientos a una especialización, profundidad y perfilación vocacional del estudiante. Sumado a esto, es en esta etapa en el joven da los primeros pasos para asumir su adultez y, como profesores, tomar consciencia de que ya no son niños y podemos ayudarlos a construir su autonomía mientras respetamos su independencia.
Sin lugar a duda, la asertividad es un trabajo interno que tiene beneficios individuales pero que contribuye positivamente en la vida de los adolescentes. Actualmente existe una preocupación general sobre el bienestar emocional y se ha expandido a varias áreas del conocimiento para lograr una comunicación sana interna y con el mundo. Te invitamos a ser parte de la transformación educativa con BE+Live.
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